La cultura sidrera debe ser Patrimonio de la Humanidad

Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en linkedin
Compartir en whatsapp
Compartir en telegram

Transcribimos por su inerés el artículo de El Comercio de ayer 1 de diciembre.

Los motivos por los que la cultura sidrera debe ser universal

La consejera Vanesa Gutiérrez defenderá esta semana ante un comité de la Unesco «los valores» de esta tradición «que nos singulariza y enorgullece»

Miriam Suárez

Miriam Suárez

Gijón

Domingo, 1 de diciembre 2024, 01:001comentario

La consejera de CulturaVanesa Gutiérrez, ha viajado este fin de semana hasta Asunción, capital de Paraguay, con el firme propósito de «invitar al mundo a que venga a Asturias» y conozca de primera mano la tradición sidrera que «llevamos con tanto orgullo». Una tradición que «está pegada al interior de todas las casas» y que, como «representación de la identidad asturiana», aspira a convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de aquí al próximo sábado.

Los expertos del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios de la Unesco (ICOMOS) daban de paso a principios de noviembre la candidatura de la Cultura Sidrera Asturiana. «Cumple los criterios de inscripción», determinaban sobre un informe que ha tenido que superar seis años de trámites y protocolos. Con este parabién, la sidra entraba en una lista de 58 intangibles, que el Comité Intergubernamental de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial evaluará entre el 2 y el 7 de noviembre en la capital paraguaya.

Vanesa Gutiérrez será quien defienda «los valores» de la candidatura asturiana en representación del Principado y como parte de una delegación integrada por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun; el embajador español ante la Unesco, Miquel Iceta; y el director general de Patrimonio del Gobierno autonómico, Pablo León. «Les contaremos por qué la sidra nos singulariza», se propone la consejera. «¿Quién no tuvo un llagar en casa? ¿Quién no mayó? ¿Quién no pañó manzana?. Partiticipan los nenos, los mayores… Tenemos cantares y representaciones pictóricas. Disfrutamos la sidra socialmente…», tratará de transmitir a quienes tienen la última palabra en este asunto.

Gutiérrez encara la cumbre de la Unesco con «mucha ilusión» y la esperanza «de traer este reconocimiento para nuestra cultura, que, al final, no deja de ser un reconocimiento para los asturianos, los que participan de la sidra y todos aquellos que han permitido que una tradición tan ancestral siga perviviendo». El camino ha sido largo y tiene su origen en la tesis que defendió Luis Benito García hace más de veinte años. Un trabajo que fue premio extarordinario de doctorado y que llevó a este profesor de Historia Contemporánea a plantear la posibilidad de que la Cultura Sidrera Asturiana fuese Patrimonio Inmaterial de la Unesco.

65 litros por habitante y año

«Estoy nervioso», admite García, para quien esta candidatura «es un proyecto de vida», aunque, puntualiza, «se ha llegado hasta aquí gracias al trabajo colectivo» de quienes, a través de un comité de expertos y agentes implicados, dieron empuje a la iniciativa en 2018. «Todos los asturianos nos identificamos con la sidra. Pero, quizá porque es habitual en todos nuestros procesos sociales, a veces no le damos la importancia debida», expone el director de la Cátedra Universitaria de la Sidra de Asturias. El reconocimiento de la organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura «sería un aldabonazo».

Elsidrero es el tercer sector agroalimentario de la región –tras la carne y la leche–, con una producción de 65 millones de litros al año: 40 natural y 25 espumosa. Se calcula que cada asturiano consume de media 65 litros anuales. «Es una forma de vida», sentencia Daniel Ruiz, gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Sidra de Asturias. «Sidra hay en muchos sitios, pero la cultura sidrera que tenemos aquí, en ninguno. Es parte de nuestro ADN», considera.

Conseguir la consideración de Patrimonio Cultural Inmaterial «sería una gran noticia para todos». A nivel cultural, por el respaldo que supone a una tradición que «ha pasado de una generación a otra, y que debemos proteger». Y a nivel económico, «por la oportunidad de promoción turística» que brindaría este reconocimiento.

Dos aspectos en los que también incide Yolanda Trabanco, lagarera y representante del sector agroalimentario en la Cámara de Comercio de Gijón. «Si lo consiguiésemos, pondríamos Asturias y la sidra en el mapa a nivel mundial. Que la gente se pregunte qué es esto de la cultura sidrera nos abriría puertas», sostiene.

Proporcionaría, en definitiva, «mayor visibilidad a nuestra bebida más emblemática» y «una manera de llegar a otros públicois» con un activo económico y cultural que es patrimonio colectivo de Asturias y, a partir del próximo sábado, «esperamos» que también de la Unesco. «Esta candidatura ha sido un acierto. Ojalá podamos celebrarlo», confía Trabanco.

La patronal de Hostelería y Turismo cree que «es el momento de proteger y subvencionar el escanciado»

La patronal de la Hostelería y Turismo de Asturias, Otea, también seguirá con mucha atención estos días lo que ocurre en Paraguay. No sólo por «la importancia que la sidra tiene para el sector», sino «como asturianos», porque «estamos hablando de un recurso patrimonial que es de todos, más allá de las botellas que podamos vender en los bares».

Hasta tal punto, que para el presidente de Otea, José Luis Álvarez Almeida, la sidra «sería equiparable, por ejemplo, a los Picos de Europa». Por tanto, «debemos protegerla y promocionarla», puntualiza, convencido de que este momento tan señalado «debe servirnos para reflexionar sobre qué podemos hacer entre todos para que la cultura sidrera no desaparezca».

Según Almeida, «la sidra se mantiene consumiéndola, no hablando de ella ni con museos». Por tanto, «hay que implementar políticas de apoyo a la cultura sidrera y al producto». Y plantea: «Es nuestro recurso más icónico, uno de nuestros grandes atractivos turísticos. La primera foto que hacen las personas que nos visitan es de la sidra, de cómo se escancia. Sin embargo, hay cursos subvencionados de camarero, de cocinero… pero no de escanciador».

Otea formó parte del comité que dio forma a la candidatura asturiana, junto a la administración autonómica, expertos como el director de la Cátedra Universitaria de la Sidra o, por supuesto, representantes del sector sidrero. También ellos ven en la posible acreditación de la Unesco una oportunidad para darle un impulso a este «icono» de la cultura asturiana.

Daniel Ruiz, gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida hace un alegato a favor de «la manzana de aquí». Y Luis Benito García se suma a la petición de «políticas públicas que promuevan la plantación de pomaradas» como parte esencial del paisaje de Asturias.